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De Louise’s Project a Luisa Castellanos, la ilustradora de moda

Le envié un mensaje a Luisa vía Facebook y sinceramente pensé que no me lo respondería. Pero para mi sorpresa la respuesta fue positiva, quizás mucho más de lo que pensé que sería. Cuadramos el día, la hora y el medio. A eso de las tres de la tarde, nos conectamos vía Skype y ahí estaba: En la comodidad de su cama, recién levantada, con una sonrisa enorme y un pronunciado capul que cae simétricamente sobre el marco de carey de sus gafas.

Era la primera vez que la veía cara a cara o mejor dicho, pantalla a pantalla. Siempre seguí su trabajo, pero nunca había tenido el placer de conocerla.


Luisa Fernanda Castellanos Ramírez, o ‘Nandita’, como Martica, su mamá, le dice de cariño, es una ‘berraca’. A parte de ser una extraordinaria ilustradora, tiene una banda en la que toca la guitarra, su personalidad es increíblemente encantadora y ni hablemos de su estilo personal, el cual por cierto es in-cre-í-ble!

Nació en Pamplona, Norte de Santander, en donde reside. Después de tanto esfuerzo, !lo logró! Se coló en el radar de la moda en Colombia. Ha trabajado de la mano con grandes, como Elsa y Elmar. Para blogs como Criollo Glam y para revistas como la Revista Novias & Bodas. Además, salió en un artículo de la revista Infashion de diciembre en el que la catalogaron como una de las mejores ilustradoras de moda en Colombia.


En la actualidad, Luisa está por terminar su carrera de Diseño de modas en la Universidad Manuela Beltrán. Empezó a ilustrar hace más de un año y está comprometida con el diseño de estampados, trabajando como diseñadora independiente.

Con todo esto, ¿pueden creer que quizás Luisa hubiese sido Odontóloga y no diseñadora de modas?

Conoce a Luisa:


¿Quién es Luisa?


Mi nombre es Luisa Fernanda Castellanos Ramírez, yo soy de Pamplona, Norte de Santander. Me fui a Bucaramanga a estudiar. Resulta que yo empecé estudiando odontología porque mi papi es odontólogo y él quería que su hija también fuese odontóloga, pero fue duro. Duré tres semestres y de hecho me iba bien porque yo quería demostrarle a él que no era que la carrera me quedara grande, si no que no, no me gustaba. Al tercer semestre le dije a mi papá: ‘que pena papá, pero yo no puedo con esto, no puedo más’. Al principio, le dio duro pero pues nada, yo tomé la decisión de pasarme a estudiar diseño de modas. Yo creo que no me había dado cuenta del vínculo que tenía con el arte hasta que empecé a estudiar eso.


¿De dónde nace el amor por la moda?

Yo tenía un amigo que desde pequeño era una mente creativa impresionante. Cuando nos empezamos a hablar, cuando nos empezamos a volver muy amigos, él me empezó a mostrar muchas cosas y yo empecé como: ‘uy sí, esto me gusta’. Él siempre tuvo una fascinación por la fotografía. Cuando íbamos en noveno grado, él me vestía y nos tomaba fotos a mí y a mi hermana con su camarita chiquita. Creamos un blog, subíamos ‘vainas’ y escribíamos cosas a la loca, así como escribe uno en el colegio, pero cuando nos dimos cuenta, lo leía mucha gente.


Ahora hablemos de Martica, tu Mamá.

Mi mamá es una mujer supremamente fuerte, de verdad no recuerdo un momento de la vida en el que no esté haciendo ejercicio, en el que no esté activa. Ella nos inculcó eso desde pequeñas. Nos metía que a patinaje, que a ciclo montañismo, a lo que fuese, pimpón, ajedrez pero que hiciéramos algo. Ella era ciclista, y muy buena, pero le gustó más el tema del gimnasio, de las pesas, del crossfit y las barras.


Se dictó el taller ese que nombré en mi estado (Facebook), al que mi mamá asistió, luego de participar llegó con rabia a contarme que la subestimaron mucho, pese a que es una mujer que se ve muy fuerte porque es alta, no es que sea musculosa pero se ve muy ‘fitness’ por así decirlo. Yo me puse tan mal, me dio tanta rabia, porque no podía creer que aún hubiera gente que pensara que la mujer es mala para los deportes. Ya hay demasiadas razones por las cuales uno ya no debería creer eso y una de esas es mi mamá.





A pesar de todo, ella les dio una cachetada porque fue capaz de hacer los ejercicios que ellos no fueron capaces de hacer. Puse el estado porque siento que si tengo que hacer una declaración debo hacerla pública. Empecé a notar el apoyo hacia la mujer y hacia la idea de que serlo no es sinónimo de debilidad sino de lo contrario. Además, mi mamá es la que me ha enseñado que una mujer puede con lo que se proponga.


Ya que desde pequeña estás muy metida en los deportes, ¿Cómo llegó escalar a tu vida?

Bueno, hace mucho que no escalo por lo que estoy en Pamplona, pero escalar nace de una amiga, ella es Denisse Vera, la vocalista de una banda que tengo y ella escalaba desde hace rato. Recién la conocí, ella me decía que teníamos que ir a escalar. Yo fui la primera vez y me fue súper mal, porque escalar es difícil. Después fuimos por un tiempo corto pero al año siguiente ya íbamos así muchísimo, muchísimo, hasta que cerraron el Boulder que había en Bucaramanga, en Real de Minas y yo quedé como aburrida. Lo volvieron a abrir hace ya más de un año y yo empecé a invitar a mi hermana, empezamos a escalar las dos súper juiciosas y súper comprometidas.


Ese deporte a mí me ayudó con una tendinitis que me dio en el brazo por mala posición al dibujar y eso me atrasó mucho, pero ya estoy mejor y si tuviera que salir a vivir a una ciudad más grande, lo primero que haría sería inscribirme a un gimnasio o a un lugar en el que pueda escalar.



Señalando lo de la banda, ¿Cómo nace Queen Bitches y Juan Perro?


Bueno, Denisse me ha presentado a varia gente que está metida en el cuento de la música, porque ella estudia música en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) y resulta que yo toco guitarra desde el colegio, pero algo súper informal, ni siquiera tuve clases o algo.


Y un día yo llegué a conocer a la que hoy es la bajista de la banda porque ella abrió un ensayadero en Bucaramanga que se llama Beats y todas tuvimos una buena relación.


Un día, dijimos como: ¿y si hacemos una banda? Pero entonces éramos puras mujeres y pues sí, digamos: ‘nosotras somos: Queen Bitches’ pero hace falta el hombre, el ‘perro’ y pues nada, Juan Fernando es profesor de la UNAB y pues obviamente es un excelente músico, entonces la bajista le comentó y empezamos a ensayar. Tuvimos como ‘feeling’ y ahí seguimos. Ya nos hemos presentado en varios lugares.







Siguiendo lo que indicaste anteriormente de que la mujer no es sinónimo de debilidad, ¿Qué piensas de todo este ‘Girl Power’ que se está tomando masivamente el mundo?


Las mujeres siempre hemos podido, pero por la misma sociedad se ha visto a la mujer como el sexo débil y no, realmente yo digo que la mujer desde siempre ha sido base de muchas cosas, sino que hasta ahorita se están empezando a levantar. Obviamente que por el hecho de ser mujer no significa ser más que el hombre, al contrario que todos podemos por igual y ese es el problema, que nos tenían subestimadas. No, las mujeres podemos también. Para mí ser mujer es un orgullo, sabiendo que hemos sido el sexo maltratado, como el sumiso, con el único objetivo de procrear y no, yo digo que una mujer también puede sentirse realizada primero y después sí decidir si está con alguien o no.



Para mí este poder femenino, este ‘Girl Power’ siempre ha estado, solamente que ahorita nos hemos vuelto más consientes de que tenemos que demostrarlo.



¿Qué hace reír a Luisa, qué la hace llorar, qué la hace ponerse brava?


Bueno, qué me hace llorar. Yo soy muy llorona (risas), yo lloro por todo y a veces está mal porque uno también necesita tener ‘cayito’ en esta vida, que las cosas a uno no le afecten tanto. Pero a mí me hace llorar la situación de los animales hoy. Me duele mucho porque ha sido por culpa de nosotros. Hasta ahora soy consiente de eso, de que el planeta está tan maltratado. Eso me hace llorar. Me hace llorar estar lejos de mi hermana, a veces la extraño mucho y cuando nos ponemos sensibles lloro. Me hace llorar también mucho el miedo, yo siento que tengo mucho miedo de hacer muchas cosas y la manera de expresarlo es llorando.


–¿Qué me hace reír?

Ay no, yo me rio de todo. Los memes absurdos de internet. Hay un perfil en Instagram que es el demonio, como: morir de risa, que boleta. Yo no puedo con esos perfiles porque literal a las dos de la mañana me río sola en el cuarto. Y mis perros me hacen reír mucho, son muy torpes (risas).


-¿Qué me disgusta?

Me disgusta la gente que no tiene modales, me molesta un montón. En Santander y Norte de Santander sí he sentido eso, la falta de modales.

¿Cómo es el estilo de Luisa? Y ¿cómo sobrevivir con un estilo personal sin dejar que las opiniones de los demás afecten?

Yo ni siquiera sé todavía. Un día me siento súper femenina, para ponerme vestidos y botas, pero al otro día me quiero poner cosas grandes. De hecho, siempre he estado del lado de la comodidad, siempre me he sentido identificada con la ropa grande, creo que eso ha sido algo muy marcado en mí. Últimamente, por estar trabajando con estampados, me atrae mucho más la ropa estampada pero también me gusta mucho el color negro. No creo que pueda definir mi estilo. Tengo cosas muy ‘boho’, como medio andróginos, con hombreras y pañoletas.


La gente es complicada cuando te pones algo medio diferente. Cuando me ponía sombreros en Bucaramanga, porque yo tuve un acné severo y pues obviamente uno se tiene que cuidar del sol después de tener un tratamiento para la piel. Es lógico que tú no puedas salir a la calle así tan descubierto. Me ponía un sombrero de ala ancha y la gente decía: ‘ay se le perdió la playa’. Era muy absurdo y yo me achantaba un montón.


Cuando llegué a Bucaramanga, con este calor, usaba leggings porque tenía las piernas muy blancas. Después, eso me dejó de importar porque qué hago si no cojo color, si me pongo roja en vez de morena. Es aquí en donde ya no importan los demás, lo único que importa eres tú y que te sientas cómodo contigo mismo.













¿Qué tan importantes son los tatuajes para Luisa?



Tengo bastantes. Yo no sé en qué momento me empecé a hacer uno y después el otro, pero para mí son como mi accesorio. Suena superficial como: ‘Ay sí, se hace tatuajes como accesorio’, pero sabes, a mí nunca me ha gustado ni usar manillas ni collares y casualmente en las partes del cuerpo en las que me he hecho tatuajes han sido lugares donde van accesorios.





Yo me siento súper cómoda con ellos. Para mi papá fue tan complicado al principio pero ahora se lo toma tan fresco y a mí me encantan. Mis primeros tatuajes sí tienen una historia, pero los demás, simplemente me los quería hacer y ya. Me gustan mucho los animalitos y espero tenerlos tatuados en mi cuerpo.







Y ahora hablemos del trabajo, de las ilustraciones...

¿Qué se siente haber tenido la posibilidad de colaborar con la Revista Novias & Bodas, Meow Magazine y con Elsa y Elmar?

Esta cuestión de las colaboraciones a mí me ha ayudado un montón. Lo que hice para la revista Novias & Bodas fue algo supremamente chévere, porque fue con Andrés Espinosa y !pues hombre! Yo admiro mucho a Andrés y cuando me dijo: ‘¿quieres intervenir mis fotos?‘ fue como: ‘dame las llaves‘ ni lo pensé. Que él me lo haya pedido fue un honor y más para esa edición de la revista que estaba cumpliendo años.


Fue un reto también, porque fue una temática de la psicodelia y por lo general yo soy muy ‘pasteluda’ en mis colores, pero aquí me tocó como quien dice, ‘enlocarme’ y empezar a hacer muchas cosas y formas, entonces fue chévere.

Lo de Meow Magazine fue una colaboración que hice con una chica muy talentosa, Estefania Tejada, ella le escribió a la revista y la revista fue como: ‘hagámoslo de una vez’, fue súper chévere. La misma Petra Collins le dio like y fue súper emocionante.


Y lo de Elsa y Elmar fue increíble porque trabajar con Elsa fue súper chévere, tuvimos mucha sintonía, yo le mandaba algo y ella decía: ‘sí, me encanta’.


Gracias a la vida me he encontrado con gente con la que he tenido mucha simpatía y me he entendido muy bien. La cuestión de las colaboraciones ha sido para mí una manera de crecer y de prepararme como ilustradora, porque cuando estás sola tú tomas las decisiones, pero cuando colaboras, tienes que preguntar y que te aprueben.


¿Qué significó haber salido en un artículo realizado por la revista Infashion?


Para mí ver esa revista con mis ilustraciones, con mi foto y todo fue súper emocionante, mi mamá se la compró, toda mi familia y mis amigos. Fue chévere ver también el apoyo de la gente. Cuando salió el artículo, empecé a notar que subían los seguidores en todas mis redes sociales, recibía mensajes en los que me decían que me habían visto en la revista, pues salir en la misma como ilustrador es muy importante.


Estoy muy agradecida con Adriana Convers por hacer posible el artículo. Fue muy bonito, porque fíjate que yo creo mucho en el poder de la mente y yo hace unos años recuerdo que veía a mis ilustradores salir en publicaciones y decía: ‘ay tan chévere que lo publiquen a uno, yo quiero‘ Y que te estén pasando este tipo de cosas es como saber que tu algún día lo pusiste en tu cabeza, entonces eso me dejó a mí claro que cuando uno quiere, puede. Y pues nada, gracias a eso he tenido la oportunidad de ver publicado mi trabajo en varias partes. Es un orgullo para mí que todo el trabajo duro esté dando frutos.









¿Qué pasó con Louise’s Project? La última publicación en el blog fue el 20 de diciembre de 2014.


!Ay Dios mío! (risas), de hecho, mi correo todavía está así. Lo que pasa es que antes de empezar con la ilustración me encantaba toda esta cuestión de ser blogger, de escribir. Con este blog la idea era publicar ‘street styles’, poner fotos de los atuendos que yo tenía, pero yo pensé: ‘necesito hacer algo más’. Tenía mi fan page con ese nombre pero no generaba recordación, por eso decidí usar mi nombre para que me reconocieran. Dejé de usar blogger y empecé a explorar plataformas para mostrar más mi trabajo, pero no me había dado cuenta que había dejado tanto tiempo sin publicar.

¿Cómo fue todo el proceso para entrar al concurso del mural de Zooppa?

Bueno, lo de Zooppa. Yo estaba en la casa de una amiga y recibí un correo de el director creativo y el tipo me escribió que se encontró mi trabajo en Behance y que le gustaría que yo participara. Afirmó que le gustó mi estilo y creía que ‘pegaba’ mucho con lo que ellos estaban buscando. Entonces yo me metí a la página, miré las bases del concurso, el premio era nada más y nada menos que dos mil dólares. Él me mandó de referente una ilustración que había hecho en la que puse a varios hombres juntos en la Semana de la Moda. Y yo dije: ‘yo le hago de una. A parte ¿con dos mil dólares quién no?’.


Lo primero que se me vino a la cabeza fue: ‘bueno, el tipo quiere personas’. Me di cuenta de que me gustaba dibujar a la gente que estaba afuera de los desfiles, el ‘street style’. Empecé a buscar referentes, creé una carpeta y empecé a dibujar gente. Duré un mes dibujando toda la ilustración. Fue un reto para mí poner a tantas personas para que se vieran como que estaban interactuando.


Empecé, todos los días dibujaba de a una persona, cuando estaba muy emocionada dibujaba tres.


Al final me cogió el tiempo, durante toda una tarde los junté y me di cuenta que me faltaba más gente; siempre ponía más pero nunca era suficiente. Por fin lo pude mandar, lo publiqué y a la gente le encantó, de hecho, uno de mis ilustradores estrella lo comentó, casi me muero y para mí fue como: ‘no me importa si no gano esto, a Leo Espinosa le gustó’.


En cuanto al congreso internacional de ilustración, ¿cómo lo encontraste y por qué decidiste participar?

Nada, la convocatoria la vi por ahí suelta en internet y decidí aplicar porque yo siento que hay que empezar a salir de la zona de confort. Que si a mí me gusta dibujar personas, empecemos a dibujar escenarios y cosas diferentes.


Lo del congreso era el palacio de la memoria, dibujar un espacio y yo dije: ‘voy a dibujar mi estudio’. Entonces empecé a dibujarlo, pero con cosas de la selva, animales y más matas de las que ya tengo. Esa ilustración la hice súper tranquila y relajada.

Todo a lo que tu apliques es ganancia, así no pases. Es súper chévere aplicar a todas las convocatorias porque aprendes mucho de ellas.

¿Qué concejo le darías a esos jóvenes que están en ese proceso de empezar su carrera y crear una identidad propia?

Primero, estar consiente de que malos comentarios siempre van ha haber, porque no ha todo el mundo le gusta lo que tú haces. Segundo, tener muy claro quién eres y para dónde vas, todos los días recordarte quién eres y qué quieres ser.


Tener muchos referentes, ser como una esponja y recibir de todo tipo de información. No cerrarse, abrirse y tener los ojos bien abiertos porque nunca se sabe quién o qué te pueda inspirar. Estar todo el tiempo en modo esponja y absorber de todo. Cuando uno menos se da cuenta, lo está haciendo.


Y antes de terminar, vamos con el ‘Random time’. Preguntas chiquitas con respuestas igual de chiquitas.

Una canción:

White Nights de Oh Land

Una actriz:

Mila Kunis

Un libro:

1984 – George Orwell

Una película:

Mujeres al borde de un ataque de nervios de Pedro Almodóvar.

Una serie:

Ay no me gusta ver series, pero la única que me he visto es Orange is the new black y me encanta.

Un lugar:

Mi estudio.

Un diseñador:

Antonio Marras.

Un Ilustrador:

Julia Rothman.

Y ya para terminar...

¿Qué hubiera pasado si Luisa hubiera sido odontóloga y no diseñadora?

Estaría en un árbol colgándome (risas).


No mentiras, probablemente estaría ganando más dinero del que gano ahora porque mi papá es odontólogo y él tiene su clínica, entonces estaría sin pensar: ‘cómo me voy a ganar la vida’ porque ya la hubiese tenido hecha. Estaría probablemente con un dolor de espalda impresionante porque la posición que tiene un odontólogo es agachado todo el día y el vivo ejemplo es mi papá porque lo veo todo el tiempo doblado. No tendría tendinitis pero si un dolor de espalda. Estaría con dinero en los bolsillos pero con el corazón triste.



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