De la moda, lo “Queer” y la cultura pop

A lo largo de los años y gracias a no sé que entidad celestial, el mundo de la moda ha ido evolucionando de una manera impresionante, sobre todo en cuanto a la moda masculina se refiere.

Se ha venido dando un cambio de paradigma, un derrumbamiento de estereotipos y clichés, la mayoría impuestos, me atreveré a decir, que por nosotros mismos. Es aquí en donde interviene la teoría “queer”.

Pero primero lo primero, partamos por definir lo que significa esta teoría”: “La Teoría Queer es la elaboración teórica de la disidencia sexual y la de-construcción de las identidades estigmatizadas, que a través de la resignificación del insulto consigue reafirmar que la opción sexual distinta es un derecho humano.”

En español, lo que busca la teoría queer, es derrumbar todos los paradigmas en cuanto a la sexualidad, plantea a un ser humano que tiene la libertad de identificarse con lo que se sienta cómodo, un ser humano que al ser catalogado socialmente como hombre o como mujer puede tener gustos diferentes a los impuestos por los mismos, un ser humano libre de elegir a quien amar, de que color y que tipo de prendas vestir.

La sociedad sigue sesgando actitudes con el género. El hombre no puede ser sensible ni expresar sus sentimientos, porque ya está siendo “afeminado”; con las mujeres, la misma historia, no pueden ser fuertes, ni gustarles cosas denominadas de gusto único para el hombre porque ya son catalogadas como “machos”.

Judith Butler, filosofa y experta en estos temas de la teoría queer, plantea que los vocablos “gay” y “lesbiana” no nos brindan una revelación transparente, es decir, no dicen nada. Por el contrario, afirma que estos vocablos “Existen por la necesidad de representar a un sector político oprimido.”

Esto da sentido a todo, la sociedad, ante cualquier comportamiento, no concebido como bien visto para cada sexo, tiende a compararlo con las palabras "gay" o "lesbiana". Un ejemplo del mismo, se da cuando un hombre, que se desarrolla en un ambiente “heterosexualizado”, se viste de rosado. En su contexto, esto está catalogado como una “practica homosexual” ya que se tiene relacionado que el color rosado es usado únicamente por la mujer y como el “homosexual” es “afeminado” el que le digan a ese hombre, que se ve “gay”, con esa camisa, afirma lo expuesto por Butler, que esta palabra es usada para representar al sector político oprimido, visto como menos por la sociedad.

Por suerte, la industria de la moda ha empezado a destruir este tipo de concepto retrógrado impuesto históricamente y lo está llevando a otro nivel; al nivel en el que las mujeres se desprenden de la costumbre de una feminidad predeterminada, abrazando a una mujer masculina; de un hombre que de igual manera pone de lado la dureza y la tipología dominante, abrazando a un hombre feminizado y sensible a su entorno.

Se está viendo como grandes casas de moda están optando por dejar atrás el uso del prototipo de hombre perfecto, con grandes pectorales, cara simétrica y grandes brazos, y están optando por hombres sensibles, frágiles, con bellezas que rayan con lo femenino y lo masculino, por esos hombres “andróginos” que muestran la inocencia y la fragilidad del hombre.

Esto le ha abierto la puerta a grandes talentos en la industria de la moda. Solo por nombrar uno y no porque sea el único, solo que es el caso más conocido, podemos nombrar a Andrej Pejić, quien con su aspecto andrógino, atrajo muchos diseñadores a su puerta, curiosos por su aspecto. Entre ellos, y con los que primero pisó las pasarelas, se destacan: Marc Jacobs y Jean-Paul Gaultier.

Actualmente, Andrej, sigue rompiendo paradigmas, ya que en julio de 2014, anunció por medio de un post en Facebook, que se cambiaría el nombre a Andreja, dando a conocer además, que se realizaría una operación de reasignación de sexo, convirtiéndola así, en una de las primeras modelos transgénero.

Pero estos hombres “andróginos” deben afrontar la constante homofobia, por parte de algunos modelos y diseñadores, haciendo que la persona caiga en el circulo vicioso de esconder su identidad, por encajar, por conseguir el trabajo.

La cultura pop y las redes sociales, de cierta manera, han ayudado como plataforma para que nosotros, los de gustos “diferentes” nos podamos sentir bien, nos aceptemos tal cual somos sin dejar que nada ni nadie pase por encima porque somos iguales, un gusto no nos hace menos “hombres” o menos “mujeres”.

Nos da un empoderamiento. Que está bien si su orientación sexual no es igual a la de los demás, porque al final de todo, lo único que importa es que la persona a la que amemos, nos ame igual, eso sí, sin dejar de lado el amor propio, que por cierto es el más difícil de encontrar.

Por último, arriésguese a probar, el mundo de la moda ofrece una paleta gigantesca de colores, siluetas, texturas y un gran etcétera. No deje que un prejuicio o preconcepto lo guie, déjese llevar por su intuición, porque siempre el miedo a lo desconocido nos lleva a privarnos de cosas.

Que las etiquetas, solo van bien en la ropa y que la belleza está en el ojo del que la mira.